A lo largo de la Historia, el hombre siempre ha mostrado un gran afán de superación, de vencer sus propias limitaciones.
Este blog está dedicado a un claro ejemplo de ello.

viernes, 6 de mayo de 2011

Una experiencia increíble

Hoy, día 6/5/2011 hace alrededor de un mes que regresé de mi viaje a París.

El día 26/3/2011 empredí mi marcha a París con algunos compañeros de mi instituto. El motivo era un intercambio de estudiantes a Domont, un pueblo cercano a París. Pero en esta anécdota nos mantedremos al margen de la experiencia en París, la cual fue realmente buena, y nos centraremos en la experiencia que viví en mi tercer viaje en avión, el cual puedo afirmar, ha sido el más gratificante. Quizá por haber alcanzado una determinada edad (16 años) o por haber adquirido una serie de conocimientos, puedo valorar cada vez más los viajes en este tipo de transportes.

El domingo 26 de abril, salimos de Tomelloso a las 10:30, camino al aeropuerto de Barajas, Madrid. A las 16:00, si no recuerdo mal realizamos el embarque en el avión, tras haber facturado nuestro equipaje y haber pasado los controles de seguridad. 

Realmente creo que las aerolíneas Lan Chile son excelentes, y aunque no es mi intención hacer publicidad de las mismas, creo que es algo que hay que nombrar. Y haciendo un breve repaso, el sistema de entretenimiento a bordo, el servicio de atención al pasajero es muy bueno.
Airbus A340-300 de aerolíneas LAN CHILE
Pero centrándonos en la gran experiencia que viví. En el viaje de vuelta, tras aterrizar en Barajas, realizamos el desembarco. En ese momento, me pasó por la cabeza una idea. Fue preguntar si podría visitar la cabina del piloto, y dado que era de las últimas personas en salir del avión, tendría más posibilidades de conseguirlo.

Pues ya saliendo del avión, me despidieron y yo respondí con un adiós. Me acobardé y no me atreví a preguntar, quizás fue por el miedo al rechazo, no lo sé. Pero tras dar dos pasos, me di la vuelta y pregunté. La respuesta fue: "Por supuesto caballero, pase y pregúntele a mi compañera", y así hice. La compañera preguntó al piloto, y éste me recibió. Antes de nada, tuve que quitarme la mochila por razones de seguridad, pero excepto que poseas material peligroso, no tienes por que preocuparte. La sensación al pasar a la cabina...INCREÍBLE. Pero esa sensación aumenta al sentarse en el asiento del copiloto. El piloto, por cierto muy amable, se disculpó por no poder atenderme, ya que estaba realizando el parte del vuelo.


Cabina Airbus A330-300
Tras 5 minutos allí sentado, observando impresionado la cabina, me despedí  y les agradecí enormemente esa experiencia. Salí al túnel que conecta el avión con el aeropuerto, y tras encontrar la salida observé a mis compañeros esperando a lo lejos. Pues tras recorrer el largo túnel, me uní a ellos y lo único que escuchaba es: "Que te ha pasado, ¿te has perdido?" con tono humorístico; o "¿estabas en el servicio?"; "¿ya te ibas a Chile?", a lo que yo respondí: "No, estaba en la cabina del avión". Algunas de las caras de mis compañeros en ese momento eran dignas de ver.
Una experiencia increíble que espero que se vuelva a repetir alguna vez.


Jose Luis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario